BARCELONA.- Lionel Messi volvió a erigirse en la gran estrella que iluminó a Barcelona y con dos goles y un pase mágico en los últimos 15 minutos de partido, despachó a Bayern Munich, el equipo de Pep Guardiola, con un 3-0 que augura futuro de final de Liga de Campeones para los catalanes.

El choque de los dos equipos con estilos más límpido de juego en estos tiempos careció de grandes emociones, salvo alguna falla de definición o un par de tapadas magistrales propias del mejor arquero del momento, el alemán Manuel Neuer, hasta ayer un verdadero muro para el 10 argentino, que al fin pudo sacarse de encima la maldición de no lastimar al gigante teutón. Pero lo mejor estaría por llegar en el último cuarto de partido con el primer gol de Messi, otra vez convertido en el máximo goleador histórico de la Liga de Campeones, con 77 conquistas, ahora uno más que el portugués Cristiano Ronaldo de Real Madrid, en carrera por la otra llave ante Juventus.

El verdugo
La historia abierta del pleito entre “Barça” y el Munich empezó a ceder a los 32 minutos del complemento cuando el brasileño Dani Alves ganó una pelota sobre la derecha ante una mala salida de Xabi Alonso. Pase al centro para Messi, que acomodó su postura y sacó un latigazo de izquierda desde el umbral del área grande que terminó acomodando la pelota junto al primer palo de Neuer. Inatajable para el rubio.

Respiró Barcelona con la ventaja, habida cuenta del 6-1 con que Bayern había aplastado a Porto en tierra bávara en cuartos de final, solucionando en sólo 40’ el problemita de una estrepitosa caída de 1-3 en Portugal. Pero lo mejor de la función de Messi llegó a los 35’ cuando recibió un pase frontal del croata Ivan Rakitic, enganchó de zurda, le hizo un nudo a Jerome Boateng que ni pudo mantener la vertical y definió con un sombrero de derecha.

Bayern Munich no aguantó a la revancha y se fue a activar el gol de visitante pero en el adicionado llegó el tercero con una asistencia fenomenal de Messi para Neymar, que definió con toque ante la salida de Neuer. El gesto de Guardiola ante el tercer impacto fue elocuente en cuanto a que necesitará de otra noche de lujos como la que expuso ante Porto o lisa y llanamente un milagro para ser protagonista en la cita final de Berlín.

Pep, hacedor del mejor Barcelona que se recuerde, en su vuelta al Camp Nou sólo tuvo un acierto y es haber afirmado que “es imposible parar a Messi”.

En la revancha del próximo martes, Bayern Munich deberá bregar por dos milagros: dar vuelta la serie y que Messi no esté iluminado como de costumbre.